Ventana al mar

 Cuando te subes a un tren que sabes se va a descarrilar, solo te dejas llevar por el impulso, la presión del momento, pero no hay forma de resistirse, sin embargo las cicatrices ahora marcan una pauta, de no subirme como habría sido de pasajero en otro tiempo, creyendo que habría de hacer este un tren bala, no, sino que sé que debo templar mis expectativas, tal vez con esta actitud este tren se mantendrá en sus rieles. Mi maleta no quiere subirse, pero mi mano ya tiene el boleto, espero que no se den cuenta de que no es un boleto sino solo un recibo arrugado. Quisiera quedarme en esta estación, con una máquina de escribir, dejar papeles al aire, en ocasiones garabatear en sus márgenes... pero no más rieles. Vagones que me llevan, mi traje es el del conductor. Algo busco, tal vez una respuesta, solo una, y es el del respirar de su máquina, a lo lejos perdiéndose en el horizonte, solamente escuchando desde mi ventana, aquel sonido desvaneciéndose: su corneta señalando cómo pierdo conciencia mientras entro en el sueño. ¿Te confieso algo? prefiero quedarme en el sueño.

Comments

  1. ¡Vaya!
    Primero creí que era un pasajero...
    O.O
    Me gustó cómo después revelas de quién se trata en realidad y creo que es una sensación ante una situación por la que hemos pasado alguna vez.

    ReplyDelete
    Replies
    1. Gracias, qué grato que disfrutaste esa pequeña sorpresa que yo mismo fui descubriendo mientras se dejaba escribir esta entrada. Qué suave que se pudo comunicar esa sensación, gracias por pasar por aquí :)
      Fue algo en lo que estuve abrumado cuando escribí esto, pero se resolvió sorprendentemente bien.

      Delete

Post a Comment

Popular Posts