Regreso

 Quisiera volver a escribir libremente, como lo hacía al principio de este blog, con total libertad, sin pensar que mis palabras arrojaría prejuicios sobre mi; sin miedo a la expectativa, ni siquiera de ser propio o seguir una buena redacción, ni de entregar calidad. Solo el gozo de escribir ensimismado en inspiración. En fin, sin miedo al éxito. 

Pero ya no se puede volver, ¿Verdad? Ese tiempo ya pasó y sus promesas que guardaba para aquel futuro que nunca llegó, ya se esfumaron. Tomé una vuelta equivocada (¿un accidente feliz?... yo espero), un camino en el que la última salida ya la pasé. 

Puedo hacerme ilusiones de retomar aquel tiempo, pero la verdad es que hay mucho que acumule, en lo secreto y en lo público. Experiencias y situaciones que me cambiaron, cosas que probé y que pude examinar si realmente eran para mí —experiencias en el sentido de experimentación. Y regreso vez tras vez a esto. ¿Hay algún patrón? Aunque esto lo deje, de alguna forma u otra, se topa conmigo de nuevo. 

Otra cosa que acumulé fueron escritos que nunca se compartieron, que hice a escondidas mientras creía que esto lo había abandonado.

Acabo de leer una entrada que nunca publiqué en el 2009 en donde encuentro unas pistas de por qué dejé de publicar —tal vez después lo coloca aquí uno de estos días; en donde analizo las razones de porqué dejé de escribir. Era más que nada el escrutinio tanto en la calidad de la escritura como en su contenido y la utilidad de este para otras personas. Esto fue algo que me cohibió. En aquel tiempo había algunos cuantos atentos (pocos, contactos de mi facebook, amigos, etc.) a estas lecturas. Esa atención que iba aumentando me empezó a paralizar. Esto es porque me considero muy privado, tanto en las pláticas, y también en mi santuario, mi blog. De hecho, esa atención, debo admitir que sí cambió: hubo un cambio de URL en algún punto y a aquellos contactos no les informé de dicho cambio. Pero aquella atención, por más mínima que fuera —que tal vez yo me imaginaba— hizo que ese santuario se mudara a una carpeta en mi disco duro.

Es por eso que en los próximos años muchas otras palabras se escribieron y se quedaron en la bandeja de  borradores de algún correo electrónico con remitente al viento. Escribía sobre las aventuras y desavenencias en mi formación inicial de oficio docente. Eran cosas de las que me quería desahogar pero como involucran nombres, situaciones que se pudieron haber conocido y no quería que anduvieran ojos no deseados merodeando por ahí. Mi trabajo me había vuelto en cierta manera en una figura pública —aunque menor, minúscula, por más nanométrica que fuera—, siempre quedaba el temor de la posibilidad que esas palabras se filtraran y llegaran a donde no deberían.

Mucho tiempo después volví a escribir, mi privacidad llegaba a privarme a mí mismo de lo llano y plenamente directo de aceptar las situaciones, lo cual me hizo incursionar en el lenguaje simbólico, metafórico, para encubrir lo que quería evitar plasmado, aunque solo quedara escondido en una computadora que pronto sería deshecha, no quería que nadie lo leyera, sin embargo el bicho de escribir no me lo podía curar.

¿Por qué publicar entonces? Después de depurar mis motivaciones a través de estos años encontré unas razones válidas. Hay dos. Una de ellas y la más directa es para tener mis textos organizados y tenerlos respaldados en línea. Pero tú podrías decir: “eso lo puedes hacer en un disco duro en línea”, es por eso que está la segunda razón, quisiera —para que como una marca en una piedra— se quedará más allá de mi tiempo por está tierra, antes, desde luego, de que blogspot desaparezca. Pensando que el papel se puede deshacer y solo quedarse en mi escritorio, sujeto a las inclemencias de la naturaleza y la circunstancia, no así con un blog. Supongo que lo veo como el equivalente a dejar en una caverna un grafiti por ahí.

Así que seguiré escribiendo y compartiendo por aquí, aunque ya no como aquel petulante y estrambótico "chuyysuscosas" —nombre original de este blog—, pero sí con la misma o mayor libertad.